Las latas de bebidas son un claro ejemplo de economía circular, son fácilmente reciclables sin necesidad de añadir materiales primarios o aditivos para que mantengan sus propiedades. Su clasificación es poco complicada ya que no es necesario separar otros materiales.
Se ha establecido el objetivo del 100% de reciclado en latas de bebidas de aluminio en 2030 por parte de Metal Packaging Europe, un objetivo ambicioso que permitiría lograr la circularidad de los materiales y también la reducción de la huella de carbono de las latas.
La implantación masiva de máquinas de reverse vending, que incluyan depósitos de plástico PET y también latas de aluminio, ayudaría de una forma considerable a lograr el objetivo propuesto.
Cualquier propuesta o iniciativa es positiva si ayuda a mantener un entorno más sostenible y además facilita, como en este caso, claramente una economía circular.